ALTAS CAPACIDADES: UN OCÉANO INFINITO DE POSIBILIDADES
Existen realidades más que probadas sobre los niños/as y adolescentes con Altas Capacidades (AACC) que no venden libros, no se hacen virales en las redes sociales ni son motivo de estudio para expertos educativos. Quienes tienen intereses creados en torno a ellos/as, no dudan en atribuirles términos como: fracaso escolar, desequilibrios emocionales, trastornos de la conducta e incluso delincuencia juvenil.
Bien es sabido que, lo negativo, resulta muy rentable por ser siempre lo más fácil de creer y divulgar.
Aunque jamás se llegue a demostrar que las AACC constituyan, por sí solas, un factor determinante para que muchos jóvenes acaben convirtiéndose en carne de cañón que rellene consultas de especialistas, ése es el mensaje que nos queda tras leer gran cantidad de artículos y escuchar programas de Radio y/o Televisión que abordan “la problemática” de este colectivo.
Es un hecho que, entre tanta maraña de posibles infortunios, lo trascendente, lo verdaderamente enriquecedor, apenas llegue a apreciarse por la mayoría, aunque resulte más que evidente.
Y es que, su intensidad salta a la vista de mil maneras distintas. Su potencial se abre paso día a día, con una fuerza imparable. ¿Qué tal si nos atrevemos a mirarles de frente y a los ojos? ¿Cómo sería si tan solo nos disponemos a escuchar lo que tienen que decirnos? Con frecuencia descubriremos que brillan con luz propia. Y, si tenemos el coraje de adentrarnos junto a ellos hacia horizontes poco transitados, podemos vivir una gran aventura que nos transformará por completo.
A su lado, pocas cosas son fáciles excepto vivir la vida al máximo y disfrutar de los pequeños detalles a menudo insignificantes para los sentidos, pero de inmenso valor en esencia.
Quienes convivimos con ellos, conocemos bien esa curiosidad insaciable e incapaz de dar carpetazo a cualquier asunto hasta que no quede ni la más mínima duda sin resolver. Ese tesón inconformista por llegar al fondo de las cuestiones y atar todos los cabos es, precisamente, lo que más nos ayuda a avanzar y evolucionar como educadores y como seres humanos
Ellos/as nos mantienen alertas, despiertos y expectantes a través de su gran imaginación, su profunda intuición y su enorme capacidad para ver más allá de la superficie. Lo cuestionan todo. Incluso a nosotros. Y, como personas adultas, en ocasiones cuesta asumir que su visión más amplia de las cosas y su particular punto de vista resulte, en la práctica, mucho más acertado que el nuestro. No existe nadie mejor que ellos/as para hacernos conscientes de nuestros desatinos (pareciera que tienen un radar especial para detectar todo lo que carece de lógica, utilidad y coherencia). Si hay un modo mejor de hacer algo, lo dirán sin miramientos
Es por ello que, en algunos momentos, su excesiva sinceridad zarandea el cuerpo. Que su empatía y su elevado sentido de la justicia, abochorna. Pero justo es así, como intentan establecer esa complicidad maravillosa que se da entre estos niños/as y un adulto capaz de escucharles activamente.
El resultado de atender esa emotividad en su máxima potencia, puede revertirse en charlas enormemente enriquecedoras, en puertas abiertas a mundos indescriptibles. Si somos capaces de traspasarlas junto a ellos, se establecerá una conexión única, un poderoso vínculo a través del cual podemos compartir un flujo continuo de impresiones que nos aportará beneficios recíprocos, a todos los niveles.
A poco que les observemos, se palpa en ellos su fuerte convencimiento de que pueden lograr grandes cosas. Quizás esa sea la razón por la que les apasionan los retos y avancen tan rápidamente en temas muy concretos que son de su interés. Incluso no es raro verles dando una lección de valentía y determinación cuando encuentran una vía para demostrarse a sí mismos de lo que son capaces. De hecho, nada puede resultar más inspirador y emocionante que ser testigo de esos momentos cumbre en que se sienten alineados con sus propósitos y se les permite expresarse libremente. Es puro arte.
Y es que, se presentan infinidad de circunstancias en que la inteligencia juega a su favor, y también, en el nuestro. Si hay otro rasgo a disfrutar de los niños y niñas con Altas Capacidades, es de su original sentido del humor. Saben que la risa libera y unifica por ello, la pericia con la que proponen juegos de palabras va más allá de lo gracioso o lo ocurrente. Es habitual que inventen cualquier broma e improvisen una serie de chascarrillos rápidos si perciben que alguien está triste, preocupado o, si ellos mismos necesitan un voto de confianza. Resulta admirable cómo establecen estrategias en este sentido y cómo se solidarizan con el dolor (tanto propio como ajeno), utilizando su facilidad para saborear cada instante y mirar el lado positivo de las cosas.
Como dice el autor y ensayista americano Richard Luecke: “La creatividad no es un estado mental, ni algo genético, ni mucho menos un constructo asociado en exclusiva al coeficiente intelectual. Es un proceso de desarrollo y un modo de expresión orientado a resolver problemas y/o a satisfacer necesidades emocionales”.
Si queremos decirlo de otro modo, su incesante habilidad para sorprender no tiene límites. De la misma forma que su fuerza para sobreponerse y seguir avanzando, a pesar de todos los obstáculos que encuentran (especialmente en un mundo adulto que se escuda entre el “lo veo” y el “yo no lo veo” y que pierde demasiado tiempo dilucidando opiniones y clasificando criterios sobre lo que son y no son; entre lo que deberían hacer o no hacer para ser considerados brillantes, talentosos o, simplemente, dignos de un informe psicopedagógico que valore sus aptitudes y habilidades naturales). “No es que haya que evaluar a los alumnos con AACC. Hay que evaluar las capacidades de todos los alumnos” (Javier Tourón).
Pero, entre tanto, hay algo que no deberíamos perdernos jamás y es surcar ese mar infinito de oportunidades que nos brindan cada día, para convertirnos en mejores personas, mejores padres y mejores profesionales educativos. Es un verdadero privilegio poder acompañarles en este viaje con rumbo hacia una sociedad mejor. Mantengamos la mente y el corazón abiertos. Disfrutemos del trayecto…
L.G.R
La Asociación Cántabra de apoyo a las Altas Capacidades Intelectuales (ACAACI), nace en Santander, el 28 de noviembre de 2016, de la mano de personas comprometidas con la educación de sus hijo/as, dispuestas a luchar por un sistema educativo con una atención a la diversidad plena y real, necesaria para todos los alumnos.
Los objetivos que promueve ACAACI son: informar, sensibilizar y perseverar en la importancia de la identificación y atención a las necesidades de todos los niños con AACC de la región, con el fin de conseguir que la legislación educativa sea aplicada de forma satisfactoria y congruente en todos sus aspectos. Según las estadísticas, el porcentaje de alumnos con altas capacidades intelectuales se sitúa entre el 15 y el 20% (actualmente en Cantabria, sólo estarían identificados el 0,14 % de estos alumnos).
Hoy en día, la Asociación está formada por más de 150 familias y 250 niños/as con AACC. Son muchos los logros conseguidos pero aún queda mucho trabajo por hacer para que se den las condiciones óptimas de apoyo y reconocimiento a nivel social, educativo y familiar que permita a los niños y niñas con AACC, un desarrollo integral como personas. Ese es su verdadero propósito.
Para ello, cuentan con programas de formación para padres, madres y profesionales de la educación, de la mano de los mejores expertos en la materia. Colaboran con la Fundación Mujer y Talento para visibilizar el papel de la mujer en la ciencia. Trabajan con la Universidad de Cantabria a través del programa de mentorías universitarias Amentúrate, enfocado a alumnos con AACC a partir de 1º de la ESO. Contactan con profesionales educativos comprometidos para ofrecer a estos niños y niñas actividades culturales, lúdicas y formativas acorde a sus intereses e inquietudes, que les permitan desarrollar todo su potencial. Forman parte de la Federación Unión AACC de España, luchando junto a otras asociaciones para que exista una única definición de AACC a nivel estatal y orientan a las personas con AACC así como a sus familias, en las cuestiones personales, familiares, educativas y sociales que puedan surgir debido a sus características diferenciales.
“Las personas, como las aves, son diferentes en su vuelo, pero iguales en su derecho a volar”