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«Con la pandemia, los adictos han encontrado una excusa mejor para justificar su uso de las pantallas»

DM Dic 09

Santander

P.D.

Licenciado en Psicología por la Universidad de Barcelona, Marc Masip es experto en adicción a las nuevas tecnologías. Además de ser fundador del programa Desconect@, ha publicado un libro relacionado con el proyecto y desarrolla una extensa labor como conferenciante y divulgador para frenar el uso inadecuado de estas herramientas.

–La crisis sanitaria nos ha empujado de lleno a la tecnología, ¿corremos el riesgo de que aumenten los problemas de adicción?

–Sin duda es un potenciador. La situación, no deseada desde luego, potencia que los chicos y también los adultos estemos más en contacto y de manera abusiva con las pantallas. Pero sí que quiero puntualizar que no creo que ahora vayamos a ser más adictos, lo que creo es que e vamos a detectar más adictos, casos que ya existían antes y ahora son más patentes.

–¿Es más difícil en este nuevo contexto identificar comportamientos adictivos?

–Los adictos lo que tienen ahora es una excusa mejor. Hay una necesidad real entre personas que lo están utilizando bien, pero los adictos, quienes dependen de ella, han encontrado una excusa mejor. Pero no vale. Es como decir que quien se droga, por estar confinado, necesita drogarse más. No es válido a nivel de salud mental utilizar este argumento.

–¿Puede esta tendencia de uso conducir a hábitos adictivos en edades más tempranas?

–Cuando nosotros damos una herramienta tecnológica a nuestros hijos menores, el hecho de hacerlo muy pronto, obviamente les acerca más a un mal uso y a una dependencia. En este momento en el que les podemos estar dando un teléfono móvil antes de lo que debemos con excusa de la pandemia, seguramente no estamos siendo conscientes de los grandes problemas que les podemos acarrear.

–¿Qué signos pueden poner en alerta a los padres o jóvenes de que hay un problema de adicción?

–Cuando les quitamos el dispositivo y se ponen agresivos, les cambia el humor o no lo aceptan; cuando lo utilizan de forma constante y pasan muchas horas con ellos o si dejan de hacer otra actividad por utilizarlo, incluso quedar con amigos; si no pueden dejar de pensar en ello mientras no pueden utilizarlo o, por poner otro ejemplo, cuando se comprometen a usarlo menos y no pueden cumplirlo. Todos estos signos son indicativos de que existe un problema.

–¿Cómo se puede desde el entorno familiar educar a los jóvenes en un uso adecuado de la tecnología?

–Hay dos partes. Por un lado, creo que es necesario fijar leyes estatales que pongan un poco de orden tanto en escuelas como en el día a día. Algo similar a lo que ha ocurrido con el tabaco o el cinturón de los coches, por ejemplo. Proponer alejarse de la tecnología sería algo muy irreal, pero necesitamos formación para saber cómo educar en el buen uso de las mismas. El smartphone, las redes sociales… han llegado para quedarse y nos pueden ayudar mucho pero sin caer en la dependencia.

Y por otro lado, creo que hay que ofrecer a las familias formación y pautas de actuación. Pautas como por ejemplo no dar un móvil a edades prematuras, no permitir dormir con el teléfono encendido… Pautas que son de propia aplicación también, como no conducir utilizando estos dispositivos… Estas conductas lanzan un mensaje a los jóvenes, hay que ser conscientes de ello.

–¿Necesita la sociedad hacer dieta digital?

–Creo que es esencial. Pero cuando hablamos de dieta no nos referimos a realizar restricciones, sino a adquirir unos buenos hábitos en el uso de la tecnología. Pienso que la dieta digital nos puede ayudar a convivir mejor con nuestro ambiente y es fundamental adquirirla, saber qué se debe hacer y hacerlo.

–¿Qué es el FOMO y cómo afecta en el día a día?

–Es sentir que te estás perdiendo algo, creer que porque no tienes el teléfono móvil y no estás conectado el 100% del tiempo, te estás perdiendo lo que ocurre.  Hay chicos a lo s que les restringimos el acceso al teléfono móvil mientras están estudiando y no pueden concentrarse, incluso tienen ansiedad. Todo para después comprobar que no se estaban perdiendo nada.

–El problema está en que si la sociedad en conjunto va hacia ese uso abusivo puede ser difícil ir contracorriente…

–Es verdad que la fuerza social está presente y no ayuda a todo este cambio. Pero también es verdad que esto podría pasar con la heroína, el tabaco u otras situaciones y por lo tanto no es excusa. Si tú consideras que el uso que haces del teléfono no es adecuado, tienes que sobreponerte a lo que hagan los demás, aunque es verdad que esto en un adolescente es mucho más difícil, porque es la edad más vulnerable en este tema.

«Es esencial una dieta digital que ayude a adquirir buenos hábitos en el uso de la tecnología»

«Dar un dispositivo a un niño demasiado pronto puede acarrearle grandes problemas en el futuro»