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“La palabra convence, el ejemplo arrasa”

DM Ene 13

No sabemos cuál sea el origen de la frase “La palabra convence, el ejemplo arrastra” pero nos parece que es un gran pensamiento que conecta con nuestra manera de entender la educación de nuestros hijos/as, por esto, siempre decimos que” la primera regla para educar es aprender donde mirar”.

Imaginemos un padre que describe a su hija de desordenada y cada día vemos su mesa de trabajo hecha un desastre, una madre que critica a su hija por el tiempo que dedica al móvil y ella no es capaz de dejar de contestar un mensaje inmediatamente, un niño que no come ni frutas ni verduras y en su casa no existen los fruteros o un padre que se queja de lo irascible que es su hija y él se enfada solo por respirar.

Dedicamos mucho tiempo a decirles lo que tienen que hacer, cómo tienen que hacerlo, a criticar o juzgar su forma de proceder y no nos damos cuenta, que lo que hacen y lo que son, es un reflejo de quienes somos.

Y es que es cierto: los hijos son el reflejo de los padres, madres, abuelos, hermanos sobre todo durante la primera infancia. Y esto se debe, a que nosotros, adultos, somos su modelo, somos su espejo, somos su lugar para copiar.

Estar con nuestros hijos, significa eso, ESTAR y entender al tiempo que somos modelos para ellos en todo momento. Los niños nos están mirando y copiando: en el caminar, en el hablar, ¡en el comer… en todo! Cada momento que pasamos con ellos somos su referente y por ello tenemos que ser ejemplo para la vida cotidiana.

Y con esto, queremos decir, que mientras ESTAMOS CON ELLOS, sin móvil, con disponibilidad, con propuestas acordes, con ganas, con ilusión, con experiencias nuevas… ESTAMOS DANDO EJEMPLOS de cómo hacerlo, de cómo vivirlo, de cómo trabajamos, de nuestros sentimientos y emociones…

En nuestros talleres siempre hacemos una actividad en que se muestra la fortaleza que tiene la “acción”. Los participantes viven la experiencia de dejar de escuchar para copiar lo que ven, siendo el modelado la forma más poderosa de enseñanza.

Por ejemplo, si nosotros decimos que deben limpiarse la nariz y tirar el pañuelo a la basura, pero cuando nosotros nos sonamos la nariz guardamos el pañuelo en el bolsillo… los niños guardarán sus pañuelos sucios en el bolsillo.

O si en casa, con niños más adolescentes, decimos que el móvil no puede estar en la mesa mientras comemos, pero nosotros, adultos, si lo cogemos cuando tenemos alguna llamada…

Si nuestra idea es salir a dar un paseo, pero al final decidimos mirar la tele toda la tarde… Si sugerimos comer unas cuantas verduras, pero finalmente nos cocinamos unos huevos…

Por todo esto te proponemos que eches una miradita a todos esos comportamientos que no te gustan de tus hijos/as y te ponen muy nervioso y que te preguntes ¿Cuánto de esto tiene que ver conmigo? ¿Qué puedo hacer para que mis hijos/as dejen de hacerlo?

El tema de ser ejemplo es algo muy difícil y controvertido para las familias y para los educadores. El primer paso es darse cuenta “que somos modelos y que no somos perfectos”, segundo “intentar actuar sabiendo quienes somos y lo que tenemos que ofrecerles para ser un referente óptimo” y por último “reconocer que juntos podemos construir grandes personas” y que, si veo cosas en ti que no me gustan de mí, tenemos la GRAN OPORTUNIDAD de caminar juntos para cambiar y mejorar.

Existen muchas pautas que te pueden ayudar a “ser ejemplo” y brindarles espacios de aprendizaje para ayudarles a adquirir habilidades socio-emocionales que le capaciten en sus tareas y relaciones diarias, por ejemplo:

  • Controla tu comportamiento y si ves que no puedes, tomate tu tiempo para retomar la situación.
  • Presta atención cuando te lo pida, dejando lo que estás haciendo y enfocándote en él, y si estás ocupado, dilo, y en cuanto puedas, vuelve al momento en el que te pedía atención.
  • Escucha con atención, no le interrumpas, no des opinión simplemente acompáñalo para que encuentre su solución.
  • Hazle cumplidos y reconoce sus logros, su esfuerzo y su disponibilidad.

Y, por último, solo recordarte que te enfoques en lo positivo, en las capacidades que tienen tus hijos/s y no olvides que la única persona sobre la que tienes control y la capacidad de influir eres TÚ MISMO.

Sandra y Ana.

Sandra Lea Schuchner
Ana Lozano Iglesias

www.enfocandoenpositivo.org

info@enfocandoenpositivo.com