El amor y las expectativas
Todos los padres y madres cuando tenemos un hijo desde el primer momento que somos conscientes de su llegada a nuestras vidas comenzamos con nuestra creación de las expectativas que tenemos de nosotros como padres y madres, aun sin saber el proceso que
vamos a vivir ya nos hemos hecho grandes expectativas al respecto.
Vivimos muchas veces esta situación con frustración cuando comenzamos a darnos cuenta de que la situación tiene su propia vida preparada para nosotros y nunca podremos saber que clase de padre o madre seremos hasta que no vivamos la experiencia día a día y comencemos a transformarnos en esa persona de la que se esperan tantas responsabilidades, hasta entonces es imposible saber cono viviremos este proceso, como será para nosotros la maternidad o la paternidad por que nunca lo henos vivido y no tenemos mas que referencias externas de como lo han vivido otras personas ajenas a nosotros.
También para complicarnos más la experiencia tendemos a tener expectativas muy altas con lo cual muchas veces creemos que no somos lo perfectos que deberíamos ser frente a nuestros hijos.
Esta complicación no nos ayuda a realizar un a crianza en armonía con nuestros verdaderos sentimientos y nos impide fluir de forma libre en la tarea de la educación, cuidado y crianza de nuestros niños, primera expectativa errónea NO SON NUESTROS.
Así que analicemos cómo influye todo esto en nuestros hijos, de qué manera podemos influir con nuestras expectativas en la vida de nuestros hijos.
Cada uno de nosotros como padres y madres indudablemente queremos lo mejor para ellos, queremos que tengan una buena educación académica, una buena alimentación, un ambiente de cariño y amor, una sana capacidad social con sus iguales, queremos que sufran lo menos posible
y que tengan una vida rica y llena de experiencias positivas y maravillosas; todo esto es perfecto y hasta admirable como padres y madres, pero la reflexión viene cuando todos estos maravillosos deseos que sentimos frente a nuestros hijos se convierten en expectativas, EN NUESTRAS EXPECTATIVAS.
Cuando pensamos en que nuestro hijo socialice y sea un niño alegre y sociable, solo podemos hacerlo desde nuestra percepción de lo que es ser sociable y alegre , en esta tarea y de forma inconsciente podemos perdernos en el deseo y no tomar consciencia de la importancia del ritmo social de nuestro hijo de sus necesidades como ser humano, de sus deseos y su sentir personal.
Cuando pensamos en el éxito académico de nuestro hijo, unas buenas notas que le forjen un buen futuro como adulto, sus capacidades motrices, sus niveles de felicidad, su relación con entorno en general podemos perdernos en el deseo de cumplir nuestras expectativas y comenzar una relación de amor condicionado, los deseos se convierten en expectativas, las expectativas en NUESTRAS expectativas y el amor en un constructor de condiciones.
Practiquemos el amor sin condiciones, esto no quiere decir que dejemos a nuestros hijos a la deriva sin guía para caminar, sino, que cuidemos esta crianza afectiva, seamos generosos y reflexionemos conociendo a nuestros hijos en profundidad, aceptándolos tal y como quieren ser, valoremos su humanidad y seamos pacientes con sus procesos de crecimiento, dejémosles elegir cuando sea posible, dejémosles crear su propia historia.
Crezcamos con nuestros hijos como personas viviendo la experiencia juntos aceptando nuestros errores, siendo benévolos con nuestras limitaciones , disfrutemos de ser padres y madres respetando nuestra propia humanidad queriéndonos incondicionalmente y así podremos educar a nuestros hijos, enseñándoles un mensaje lleno de autenticidad y amor por uno mismo, en
definitiva esta es la mejor educación.
Coach Personal – Experto en inteligencia emocional
Experta en inteligencia emocional, por la Universidad Camilo José Cela de Madrid, Solano es coach personal, facultativa de programación Neurolingüística y experta en Training Group (gestión de grupos de personas).
Practitioner en PNL.
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