Type to search

Artículos Crece

APRENDER DE LA EMERGENCIA

DM Mar 30

La educación avanza, parece, por el camino de la innovación, del respeto por las etapas de desarrollo de la infancia, de la dotación al alumnado de competencias para la vida futura que cada vez se vislumbra notablemente diferente a la actual en un buen número de ámbitos. Y de repente, ante una situación excepcional, de alarma mundial y de necesidad de coherencia y sentido común, nos encontramos con niños y niñas 24 horas en casa rodeados de tareas escolares mecánicas, repetitivas y descontextualizas, embadurnadas con un toque de preocupación docente del estilo: “es que no van a aprender”. ¿Abarca esta descripción, con conocimiento de causa, toda la realidad? No. Claro que hay docentes que han propuesto a su alumnado retos, proyectos o ideas que les permiten mantener cierto grado de actividad en sus hogares a la vez que crecen con la experiencia de una situación excepcional y que, mira por donde, hacen que el aprendizaje académico surge por necesidad y se convierta en una herramienta para alcanzar una meta, una solución, un descubrimiento, y nunca en el fin en sí mismo de la actividad planteada.

Nos preocupa el avance curricular de nuestro alumnado, por supuesto, pero ahora mismo toca algo diferente. Se hace necesario un avance en el conocimiento del mundo, del funcionamiento de las instituciones al servicio de la ciudadanía, de la solidaridad latente, también de los errores, y, sin duda alguna, toca aprender de esta experiencia porque el presente y el futuro del alumnado se va a ver influenciado sin remedio por nuevos virus, emergencias climáticas e infinidad de retos para los que debemos prepararlos sin tener demasiada idea de lo que se nos viene encima. Todo esto también conforma nuestro currículo

“Hay tiempo para todo en estos días”, se puede argumentar. Efectivamente, hay tiempo para conocer lo que está ocurriendo y aprender de ello, para jugar, para escribir a los abuelos que no usan móvil, para idear maneras de dar ánimos o ayudar desde casa, …

Yo me pregunto, ¿para todo esto es necesaria una división por tres cifras con decimales? Seguramente, en parte, sí, pero no es la operación la finalidad de la actividad, sino preparar a un niño y a una niña para vivir en este planeta mañana y dentro de 20 años, a ser posible mejorándolo.

Dos hojas de operaciones, otras tres de palabras con tilde, análisis sintáctico y un listado para memorizar las partes y funciones del sistema respiratorio, excretor y circulatorio, tal vez, sólo tal vez, no ayude mucho a la estabilidad emocional de niños y familias ni a un aprendizaje competencial, contextualizado, basado en la realidad que vivimos y que preparará al alumnado para construir y gestionar con éxito su vida adulta.

Nahúm Codo Del Barrio, compagina su profesión de maestro en el puesto de director del CEIP Costa Quebrada con su faceta de músico, escritor y cuentacuentos.