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El desarrollo de la empatía y la capacidad de atención en entornos digitales

DM May 26

El cierre de escuelas en todo el mundo a causa de la pandemia mundial COVID-19, ha provocado importantes cambios en los enfoques y entornos de aprendizaje generalizando, además, el uso de herramientas digitales como recursos para asegurar la continuidad educativa y no privar a las niñas y niños de las interacciones y el contacto social con el entorno escolar. Pero, ¿podemos desde la comunidad educativa promover efectos positivos para el aprendizaje y el desarrollo a través del uso de tecnologías digitales?

La Comisión Europea ha publicado recientemente el informe analítico “Effects of the use of digital technology on children’s empathy and attention capacity”; que aporta claves para promover, desde la comunidad educativa, un uso seguro y responsable para el aprendizaje y el desarrollo infantil revelando las contribuciones científicas más relevantes hasta el momento sobre los efectos del uso de la tecnología digital en la empatía y la capacidad de atención de los niños y niñas, dos elementos cruciales para el desarrollo y el éxito académico.

Los principales hallazgos sobre los efectos del uso de la tecnología digital en la empatía concluyen que el desarrollo de esta capacidad en las niñas y niños depende enormemente de la forma en la que utilicemos los recursos digitales y los objetivos que planteemos para guiar su uso:

  1. La tecnología digital puede aumentar la empatía cuando su contenido y uso tienen fines prosociales a través de enfoques de aprendizaje interactivo en entornos dialógicos en los que se asegura la coherencia en los contenidos de aprendizaje y toda la comunidad (profesorado, familias, voluntariado y alumnado) se organiza para apoyar los procesos educativos y participar en tomas de decisiones consensuadas.
  2. Cuando el contenido y uso digital implican enfoques antisociales y contenidos violentos, se producen efectos de reducción de la capacidad de empatía de los niños y niñas, una barrera que puede superarse a través de la alfabetización digital y la enseñanza de habilidades para el pensamiento crítico.
  3. Otro elemento que afecta negativamente al desarrollo de la empatía es que el tiempo de pantalla vaya en detrimento de las interacciones cara a cara, lo que puede evitarse promocionando entornos interactivos de aprendizaje, que mejoran el uso de la tecnología digital y fomentan redes de colaboración y apoyo entre el alumnado.
  4. El ciberacoso es una realidad preocupante en la actualidad y, aunque se necesita más investigación sobre su correlación con la capacidad de empatía, ya contamos con recursos basados en evidencias científicas de impacto social para la comunidad educativa en materia de prevención y apoyo a las víctimas de ciberacoso en el contexto escolar.

Por otro lado, tanto responsables de la política como docentes, familias y otros miembros de la comunidad educativa, han planteado preocupación por los efectos del uso de la tecnología en las funciones cognitivas de los niños y niñas, en concreto, en su capacidad de atención. En este sentido, aunque se necesita más investigación sólida que determine la correlación entre estos dos elementos, sí sabemos que los efectos pueden ser positivos o negativos en función de la forma en que se use la tecnología digital, el tiempo de uso con fines educativos o no educativos y el enfoque de aprendizaje con que se aplique:

  1. La investigación en este campo demuestra que determinados programas digitales de entrenamiento cognitivo pueden mejorar la capacidad de atención de los niños y niñas.
  2. Cuando el uso de dispositivos digitales tiene fines educativos, aumenta la capacidad de atención de los niños y niñas y este efecto se multiplica si se implementan enfoques de aprendizaje dialógico e interactivo.
  3. Cuando el uso no educativo de dispositivos digitales supera las 2h. diarias en un día escolar, la investigación revela efectos negativos en la capacidad de atención, con mayor propensión a reportar déficit de atención e hiperactividad en comparación con los niños y niñas que realizan únicamente un uso educativo o que dedican menor tiempo de uso no educativo.

Esta crisis supone un enorme desafío presente y futuro para toda la comunidad educativa. Sabemos que las interacciones y los diálogos de calidad conducen a los mejores aprendizajes a todos los niveles y desde todas las edades y la ciencia aporta claves para trasladar al espacio digital estas habilidades sin olvidar que, como ocurre en la educación presencial, los modelos educativos que han demostrado democratizar el éxito para todo el alumnado, se coordinan con las familias y otros agentes de la comunidad para fomentar aprendizajes instrumentales y valores y sentimientos a través de una participación educativa, evaluativa y decisoria, ahora también a través de la tecnología digital.