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Solidaridad eres tú

DM Mar 24

Valor humano que nos alienta a ayudar a los demás, a los que nos necesitan en situaciones difíciles. La solidaridad suele ser una actitud que vemos diariamente, pero, en momentos difíciles como el actual, cuando nace del impulso de la bondad, se vuelve contagiosa y su capacidad de infección emocional es proporcional a la del coronavirus que la está desencadenado. Ejemplos de ello lo tenemos en el día a día: personas que ayudan a llevar las bolsas de alimentos a personas de la tercera edad, jóvenes que se alistan en las ONG para servir donde se precise, jubilados sanitarios que ansían que les llamen y activen para acudir a atender enfermos, taxistas que se prestan gratuitamente a trasladar a personal sanitario, maestros que diseñan escuelas virtuales de aprendizaje y ocio para los más jóvenes. Todo ello con la sana misión de ayudar a los demás contra el confinamiento necesario. Confinamiento que es el mejor ejemplo de empatía y solidaridad.

Lo que mueve a la solidaridad es deseo de ayudar al otro, de ponerse en el lugar del otro, de ser el otro. Nace de la esencia de lo humano, del extraordinario poder que posee la naturaleza humana para engrandecer su existencia.

La solidaridad crea el grupo, une al grupo, facilita el valor del grupo y, no nos olvidemos, somos seres sociables, nos necesitamos.

El núcleo de este valor, la solidaridad, es la vivencia interior de que lo que le puede suceder al otro, lo que le puede pasar al otro, nos puede pasar igualmente a nosotros. Esa debilidad personal hace que encontremos al fuerza en la comunidad, en el gesto y comportamiento común. Valor que apreciamos cada noche, a las ocho, cuando sirenas de coches de policía se acercan a los hospitales a agradecer la labor de todas las personas que trabajan en los hospitales o cuando abrimos la ventana, a modo de catarsis colectiva, para extender al aire el aliento de la gratitud.

Solidaridad que es sentimiento compartido y vivido conjuntamente. Aprendida desde el corazón o desde la distancia pero que germina en nosotros el sentido de sociedad.

Cada día que avancemos en esta contención colectiva debemos rearmar nuestra armadura de paciencia, de empatía y de positividad; mirando cada gesto ajeno que induzca ánimo como nuestro y espirando el doble de ánimo para los demás.

Javier Lastra
Psicólogo