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“Yo solito”

DM Mar 23

“Yo solito” ¿Ya has escuchado esta frase? ¿Ya te la han repetido mil veces? ¿Tienes un niño de casi dos años, o de algo más de dos…?

 Y mientras él te pide buscar su autonomía nos preguntamos: ¿Qué le permito? ¿Qué tengo que hacerle yo? ¿Cómo lo ayudo? ¿Cómo se lo hago?

Seguro que quieres que tu hijo sea independiente, autónomo, autosuficiente; que pueda tomar decisiones, que sea responsable …

Pero… ¿Cómo logras que estos adjetivos formen parte de su ser, de su día a día? Aunque lo más común es, que en los primeros años de vida, el niño reciba todo resuelto, sin necesidad de enfrentarse a ningún desafío, sin ensuciarse, sin probar, experimentando lo mínimo; sabemos que todas estas cualidades, que tanto queremos, se adquieren solo con la posibilidad de practicar y el papel del adulto es “participar sin hacer” para que puedan desarrollarse. 

¿Qué necesita entonces un niño a partir de 8 meses o de 18 o 20 meses para ganar autonomía?

Aquí os explicamos tres aspectos fundamentales para conseguir y dar autonomía: “un ambiente preparado a su medida”, “capacitación especial siguiendo sus necesidades” y “respetar sus tiempos en el hacer diario”.

¡Primera tarea para ti!

Tu casa es el espacio más propicio para que tu niño aprenda las habilidades que lo acompañarán por el resto de su vida. Sin embargo, si te fijas con atención, verás que la mayoría de los espacios no están adecuados a su tamaño y a sus posibilidades. Así que, ¡esa será tu primera tarea! Preparar el ambiente para “adaptarlo”, “acercarlo” y “adecuarlo” a tu niño.

Desde edades muy pequeñas, los niños quieren comer solos, bañarse solos, vestirse solos y especialmente elegir lo que se van a poner o comer. Pero hay algunos problemas, el niño no llega a los estantes del armario, los cajones son demasiado pesados, la taza es muy grande o los tenedores son muy largos… y entonces, de repente, la voluntad espontánea del niño, el deseo de poner en juego su independencia, se ve obstaculizada por un tema de escala.

Encuentra la manera de modificarlo, adaptarlo a su tamaño, permítele formar parte de la escena, de ser el protagonista. Miremos nuestros espacios para poder incluir cosas a su altura y a su tamaño, quitemos peligros y armemos lugares preparados que puedan ir creciendo junto con el niño. Se necesitan pocas cosas y todas de mucha utilidad. Quitemos todo lo que no tenga una practicidad cotidiana o lo que ya no se use, sigue al niño y ves incluyendo y cambiando los rincones en función de sus necesidades.

Y una vez que lo tenemos “preparado”…

¡Ahora te toca a ti!

Esta frase, invita al niño a probar por sí mismo; le abre la puerta hacia un camino de experiencias y exploración personal, para conocer sus capacidades, sus tendencias, sus habilidades y también, sus limitaciones. Cuando le ofreces a tu hijo un espacio pensado “a su medida” y sin riesgos, surge la oportunidad de hacer algo por sí mismo, le estás diciendo “tú puedes lograrlo”, confío en ti. 

El hacerlo “yo solito” necesita en muchas ocasiones de una capacitación previa, de un “mostrar cómo se hace”. Para cualquier tarea cotidiana, enseñale   cómo se hace: con movimientos lentos y con pocas o sin palabras. Luego, míralo a los ojos y dile ahora te toca a ti”, ofreciéndole la posibilidad de hacerlo por sí mismo. Es mejor evitar corregirlo, piensa que posiblemente no lo haga como tú quisieras. Tampoco es necesario que te quedes a su lado “supervisando”. Ofrécele la libertad de acción que necesita para investigar, probar, equivocarse y acertar. El aprendizaje es un camino largo e individual, y es posible que no tenga éxito la primera vez.

¿Ya terminó? ¿Falta mucho?

¿Expresiones que nos suenan, no? Si lo pasan muy bien, ¿Ya terminó? ¿Ya tenemos que irnos? Si están aburridos ¿Cuánto falta? ¿Falta mucho?

El tercer pilar para una autonomía pronta y sana, es respetar los tiempos del niño y saber que son distintos a los tiempos del adulto.  Podríamos decir que su percepción del tiempo está totalmente relacionada a sus emociones. Los tiempos de los niños son otros, hay veces que no les importa tener prisa para salir de casa, ya que lo más importante es ponerse solos los zapatos, y que otras veces, no es fundamental recoger las cosas antes de la ducha y lo deja todo en el suelo porque tiene mucha prisa para ver algo en la tele…

Confía en sus tiempos, en su propio ritmo de trabajo, que seguramente no sea el tiempo del adulto. Confía en la sabiduría que tu hijo trae consigo y que lo guiará en su desarrollo.

¿Y esto qué tiene que ver con la autonomía?

Es importante poder respetar sus tiempos de acción, capacitación y realización para que puedan tener tareas y hacerlas solitos “en sus tiempos”. Para que las tareas les salgan bien, repetidas o imperfectas.

La autonomía no va “solita”, va directamente conectada a la “autoestima” que será lo que más le valga a lo largo de la vida

Sandra Lea Schuchner

Ana Lozano Iglesias

Ana Lozano Iglesias y Sandra Lea Schuchner
Certificadas en Disciplina Positiva

Certificadas en Disciplina Positiva y creadoras de Enfocando en Positivo. Brindamos apoyo y recursos de crianza respetuosa a familias, educadores e instituciones educativas. Con nuestras cursos y talleres podrás descubrir una forma de educar diferente, basada en descubrir una Gran Caja de Nuevas herramientas que se apoyan en los principios de la teoría Adleriana.
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