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El biólogo genetista David Bueno i Torrens explica el impacto de la herencia genética en el aprendizaje

DM Feb 21

David Bueno i Torrens es doctor en biología y profesor de genética en la Universidad de Barcelona. Su trayectoria profesional y académica se ha desarrollado en Barcelona y Oxford, centrándose en la genética del desarrollo y la neurociencia, y su relación con el comportamiento humano. 

¿En qué aspectos debemos de centrarnos en las distintas etapas del desarrollo de nuestros hijos?

Al principio, los primeros años de vida hasta los cinco o seis años, lo más importante es su entorno socioemocional, eso es lo que les va a otorgar su capacidad de resiliencia, capaz de superar cualquier dificultad que se les presente en la vida, la capacidad de sentirse integrados y partícipes proactivos de su entorno. A partir de esto, los currículos ya van en esta línea. Se trata de generar un ambiente para que ellos encuentren sus propios estímulos en estos aprendizajes.

Después, en la adolescencia, su cerebro les impulsa a romper límites. Rompen límites porque es la forma de cuestionar todo lo que han aprendido en la infancia en la que dependían de todo y para todo de los adultos. Y la forma de cuestionar estos límites es llegando a estos límites y rebasarlos.

En ese momento, la cuestión es que cuando los rompan sepamos conducirlo como decía antes de manera positiva y esto lo conseguimos estando pendientes de ellos, dedicándoles tiempo. Esto hay que trabajarlo desde la infancia.

David Bueno i Torrens explica la herencia genética y la educación

¿Hasta qué punto es importante la herencia genética en el desarrollo del cerebro?¿La educación es capaz de modificar la herencia genética de futuras generaciones?

No, la herencia genética cambia por mutaciones azarosas en el ADN. La educación no influye en nuestra herencia genética. Lo que sí es cierto, sin embargo, es que una parte importante del cerebro se forma en base a unos programas genéticos que los tenemos todos, pero que funciona de manera ligeramente distinta en cada uno de nosotros por eso no hay dos personas que sean exactamente iguales.

La educación parte de esta predisposición y la modifica añadiendo o quitando conexiones neuronales dentro del cerebro. or esto, según cómo sea esta educación, volviendo al “cómo” se enseña y no el “qué”, estaremos potenciando estas características, consiguiendo que sí la predisposición ya era alta se potencie aún más y si no lo era que también supere estos límites o las estaremos mutilando porque la forma de educarles actúan en sentido contrario.

Normalmente la educación enrasa por “el medio” que es donde nos encontramos la mayoría de la población. De esta manera los que están más avanzados se aburren y desconectan y los que están más rezagados tienen la sensación de que jamás van a alcanzar ese nivel y también se desconectan.

Lo importante es generar un ambiente educativo dentro del aula donde el crecimiento pueda alcanzar a todos. Existen varias maneras de hacerlo, una que se entiende muy bien es a través del trabajo cooperativo, que no consiste en hacer todos lo mismo sino partiendo de un objetivo común que decide el profesor o que deciden entre ellos mismos (o una mezcla entre ambas cosas), cada uno aporta una cosa diferente, complementaria y solapada a la de los demás pero diferente para alcanzar este objetivo común. Esto no excluye el trabajo individual, la cooperación incluye muchas dosis de trabajo individual, cuando uno prepara su parte. Y ahí la gracia está en que el profesor asigne las tareas según las capacidades de cada alumno.

David Bueno i Torrens explica los efectos del bullying

¿Cómo puede afectar el bullying en el desarrollo del cerebro humano? ¿Y se pueden revertir esos efectos?   

Puede afectar de una manera terrible. Cualquier tipo de bullying independientemente del tipo que sea genera miedo e incomprensión, forma parte del “cómo” que no se genera únicamente en el aula o en la familia, sino en las relaciones que vaya estableciendo. El bullying lo que genera es una sensación de incomprensión, de soledad. Eso a la vez modifica las características mentales y no favorece al crecimiento tanto personal como intelectual de la persona.

Borrar las conexiones neuronales que se han generado no es posible, algunas se irán perdiendo con el tiempo, como ocurre con cualquier aprendizaje. Lo que se puede hacer es a través de nuevos aprendizajes fortalecer otro tipo de conexiones o conductas, que sean mucho más eficientes o que permitan superar esa situación. Por eso es tan importante frenar estos casos nada más se encuentren y atajarlos de raíz de forma inmediata. Si lo detectamos hoy hay que atajarlo hoy no dentro de unas semanas, porque si no se va implantando poco a poco.

¿Cómo podemos evitar que nuestros hijos padezcan estrés crónico?

No contribuyendo ello, el estrés proviene muchas veces de una sobresaturación. Deberíamos “esponjar” las actividades dentro del centro educativo, necesitan ratos para relajarse, para pensar y debatir sobre lo aprendido. Esto no significa que tengan más tiempo para salir al recreo, sino que lo planteemos de tal modo que dentro de cada clase hay un rato para que discutan, para que busquen información, etc.

Y después cuando salen necesitan tiempo para divertirse, como ocurre con los adultos. No puede ser que salgan del centro educativo y tengan toda la tarde planeada.

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